jueves, 25 de octubre de 2007

SoBeRbiA, egocentrismo o demasiado amor propio????





HOLA!!!! SABEMOS QUE ESTE ARTICULO LES VA INTERESAR MUCHISIMO ESTA MUY BUENO, SEGURAMENTE CONOCEN ALGUNA PERSONA CON ESTAS CARACTERISTICAS, QUE SE CREE EL DIOS SUPREMO DEL CONOCIMIENTO O LA "ULTIMA COCA DEL DESIERTO???? JAJAJA!!!!

PUES CHEQUEN QUE HAY DETRAS DE ESA IMAGEN DE SUPERIORIDAD..... OPINEN!!!!!
BYE. ATTE. **KAREM ALINE Y DULCE GUADALUPE**
EL MEJOR Y ORIGINAL DUO CANCERIANO NO LO OLVIDEN!!! JAJAJA!!!



"Muchos habrían sido sabios si no hubieran creido demasiado pronto que ya lo eran"



El diccionario define a la soberbia como la estimación excesiva de sí mismo en menosprecio de los demás, por lo que se considera que es la madre de todos los vicios en el ser humano sometido a las ambiciones de poder y riqueza en donde predomina la ceguera de los medios para conseguirlo.
En psicología, egocentrismo es la característica que define a una persona para referirse a que sus propias opiniones e intereses son los más importantes, centrando su interes en su propia persona. El término deriva del Griego egô, que significa "Yo". Una persona egocéntrica no puede "ponerse en los zapatos de los demás (quitándose primero los de él mismo)", y cree que todos buscan lo que él busca (o lo que él ve, en alguna forma, excede en lo que otros ve).
La Exagerada exaltación de la propia personalidad, en la que la persona aparece siempre hablando de sí mismo, sobrevalorándose y despreciando las cualidades de los demás, hasta considerarse como centro de la atención y actividades generales, contrario a lo que podria parecer, nos habla de personas con una autoestima y autoimagen deteriorada que necesitan exaltar demasiado sus cualidades para poder llenar ese vacio que sienten al no reconocerse ni aceptarse como son.

No se trata del orgullo de lo que tú eres, sino del menosprecio de lo que es el otro, el no reconocer a los semejantes ni a ti mismo, no aceptar que como seres humanos tenemos defectos y cualidades.

Soberbia, orgullo, amor propio.... Sin duda podríamos distinguir entre estos tres términos -la soberbia es más grave que el orgullo; y el orgullo que el amor propio-; pero probablemente sea más práctico utilizarlos como sinónimos, ya que es un hecho que la soberbia, el orgullo y el amor propio los encontramos perfectamente compenetrados. Y no olvidemos que la soberbia es un pecado capital; es decir, que está en la raíz de muchos otros pecados.
Vamos a describir los síntomas por los que podemos descubrir esta enfermedad espiritual:.
- Rechazo de las correcciones: El orgulloso recibe cualquier corrección como si de un ataque personal se tratase. Su resorte es ponerse a la defensiva ("¡pues anda que tú...!"). Todo ello puede llevar al extremo de que el soberbio pretenda ser un autodidacta, prescindiendo de la riqueza tan grande que suponen los consejos, enseñanzas, testimonios, etc....
- Cabezonería: Se traduce en incapacidad de ceder en las discusiones. En el fondo el orgulloso mantiene sus posiciones por "propias", antes que por "verdaderas".
En el fragor de la discusión, no deja un ápice a ver las razones de los demas. En realidad, lo está sintiendo como un contrincante. Incluso aunque el orgulloso llegase a ser consciente en su fuero interno de estar en el error, mantendría su postura primera por no pasar por la humillación de reconocerse equivocado. Precisamente el problema consiste en que siente como humillación el decir "me he equivocado"..
- Decepción ante el fracaso: Cuando el soberbio fracasa en una empresa, se derrumba interiormente. Su decepción es un signo muy claro de orgullo, porque deja al descubierto que había construido en sueños su personal castillo de naipes, en el que -por supuesto- ocupaba el lugar central; y la desesperación le invade al comprobar cómo saltan por los aires sus planes. En realidad, el problema está en que al soberbio está demasiado ocupado en sus estrategias.

"No hay persona más bella en este mundo que la que es humilde...
La soberbia niega y contradice lo que la humildad afirma y aconseja. Mientras la soberbia estimula la arrogancia, la vanidad, la egolatría y la presunción de querer ser lo que no se es; la humildad, es la virtud que da el conocimiento de sí mismos, de las limitaciones, las debilidades y las capacidades para tratar con prudencia y obrar con respetuosidad a todo ser viviente..."
Mas que humildad o cualqier otro valor, lo que realmente debemos conciderar es el tener una buena Autoestima y Autoimagen, conocernos y aceptarnos, saber que tenemos debilidades y fortalezas, para de esta manera aprovechar al maximo nuestras cualidades y mejorar los defectos, pero sin ocultarlos o pretender que estos no existen. Asi reconociendonos y valorandonos , sabremos realmente quienes somos, que queremos y adonde vamos, pero sin querer pasar por encima de nadie.
Bueno, pues esperamos que les haya gustado este articulo, que lo comenten y que busquen más sobre el tema, tambien los invitamos a que se informen con estos temas relacionados:
Narcisismo
Egocentrismo
Egoismo
Orgullo
Soberbia
Autoestima
Este articulos se elaboro basandonos en las suiguientes paginas:

miércoles, 24 de octubre de 2007

***UN TEMA INTERESANTE PARA NOSOTROS COMO ESTUDIANTES DE PSICOLOGIA ***


HOLA!!!! SABEMOS QUE ESTE ARTICULO LES VA INTERESAR MUCHISIMO ESTA MUY BUENO Y OPINEN AL RESPECTO SI QUIEREN BUENO BYE. ATTE. **KAREM ALINE Y DULCE GUADALUPE**EL MEJOR DUO CANCERIANO NO LO OLVIDEN!!! JAJAJA


SOLO COLOCAMOS LOS PUNTOS QUE CONSIDERAMOS MAS INTERESANTES PERO AL FINAL SE ENCUENTRA EL LINK POR SI QUIEREN LEER TODO EL TEXTO COMPLETO.


La Psicología científica.

  • La Psicología nace como ciencia en el siglo XIX. Es un momento apasionante donde sesudos filósofos del conocimiento y de la mente convergen con eminentes fisiólogos, intentando despojar al estudio de lo mental de la especulación y la metafísica, para así colocarlo junto a las otras ciencias objetivas. La psicofísica, representada por investigadores como Weber y Fechner intenta medir cuantitativamente lo mental y establecer un puente entre lo físico y lo psicológico.
  • La aventura continúa en el siglo XX, donde la Psicología Conductista norteamericana (previamente influida por Darwin y la teoría de la evolución) y la Psicología soviética coinciden en sus planteamientos experimentales y epistemológicos positivistas para alinear a la disciplina dentro de las ciencias naturales. La influencia de un fisiólogo como Pavlov, quien descubrió el reflejo condicionado por casualidad cuando estudiaba los jugos gástricos animales, es innegable. A pesar de los avances del siglo anterior, se niega en este momento la posibilidad de estudiar todo aquello que no se pueda observar y medir, reemplazando como objeto de estudio la mente por la conducta. La introspección como técnica para el análisis de los procesos mentales había entrado en crisis, llevando a la Psicología Experimental a un callejón sin salida.
  • Y así llegamos a nuestros días, donde la Psicología Cognitiva, de mano con las Neurociencias, dibuja un futuro cercano donde los avances en la comprensión de nuestra mente y de nuestro cerebro serán espectaculares. En el campo aplicado, la convergencia de planteamientos conductuales y cognitivos ha dado lugar a técnicas para resolver problemas individuales o sociales y a terapias científicamente probadas, de forma similar a como se hace en farmacología o en la medicina (vg. metodologías de doble ciego, asignación al azar de sujetos y análisis estadísticos inferenciales).

Las pseudopsicologías

En paralelo con esta emocionante empresa, asistimos perplejos a la proliferación de multitud de pseudopsicologías o “psicologías alternativas”, de tintes posmodernos y New Age que, por un lado, niegan y rechazan el método científico, y por otro, intentan hacerse pasar por “ciencias”. Algunas de estas pseudopsicologías son las siguientes:

Parapsicología. La parapsicología no es ninguna rama ni especialidad de la psicología, ni se imparte como materia en ninguna universidad española. Es cierto que se han realizado experimentos, sobre todo en EE.UU. y en el Reino Unido (en Edimburgo existe un laboratorio de parapsicología en la propia facultad de Psicología), que supuestamente han encontrado evidencia de ciertos fenómenos paranormales como la telepatía o la telequinesis (mover objetos con la mente). Entre ellos cabría citar a Rhine, uno de los fundadores de la parapsicología, Levy, Targ, Puthoff y muchos otros, incluyendo a los más actuales, por ejemplo Honorton y sus experimentos ganzfeld.

  • Lo que diferencia a la parapsicología, incluso a la crédula, de otras pseudociencias es que comparte con la ciencia en general y con la Psicología en particular la idea de que el método científico es la mejor vía para la comprensión del mundo, incluidos los supuestos fenómenos paranormales. Y también es preciso reconocer que algunos parapsicólogos son honrados y poseen una buena formación experimental y estadística.
  • La definición misma de Percepción Extransensorial o de cualquier otro supuesto fenómeno paranormal es puramente descriptiva (no explicativa, algo también fundamental en ciencia) y se basa en una negación: aquella percepción que NO se realiza a través de los sentidos. Por otro lado, y esto resulta lamentable, la mayoría de personas que se autocalifican como parapsicólogos

no poseen ninguna titulación universitaria ni formación investigadora alguna.

La terapia de regresión tiene influencias de corte psicoanalítico y fue creada en el siglo XIX por Pierre Janet y hoy es célebre gracias al psiquiatra Brain Weiss. La denominada regresión terapéutica es una técnica según la cual podemos volver hacia atrás en nuestros recuerdos, acceder a experiencias pasadas, para poder cambiar contenidos de tipo inconsciente que penetraron en nuestra mente y que son la causa de muchos males presentes. Según defensores de esta terapia, lo que recordamos no es necesariamente lo que ocurrió, algo constatado de sobra por la Psicología científica, sino una representación de nuestro inconsciente.

  • Pero la lista de psicologías alternativas que nada tienen que ver con el estudio responsable de la mente es interminable. Algunos ejemplos actuales y que podemos encontrarnos con cierta frecuencia son los siguientes: la anteriormente mencionada terapia holística, la psicología holística, el análisis transaccional y la psicología transpersonal. Estos tres casos constituyen un grupo de sistemas de diagnósticos y tratamientos en los que se mezclan conceptos psicológicos con otros absolutamente esotéricos, pseudocientíficos, irracionales cuando no delirantes.
  • Estas pseudopsicologías se caracterizan por el empleo de términos ligados a la Nueva Era como crecimiento personal, espiritualidad, el verdadero Yo interior, etc. así como su capacidad para relacionar todo con todo. Sus conexiones con el esoterismo y lo paranormal quedan patentes cuando, en sus publicaciones y páginas web encontramos que es normal hablar de ceremonias chamánicas, conexiones cádmicas, vidas anteriores, etc. En fin, se trata de un cóctel que produce vértigo, donde se mezcla la reencarnación, la influencia de los astros, los poderes mentales, la parapsicología y curiosamente, casi nada de Psicología.

  • Otra pseudopsicología es la programación neurolingüística (PNL), cada vez más popular. Este caso es especialmente delicado desde nuestro punto de vista ya que su nombre suena a disciplina científica: igual que la neuropsicología es una disciplina científica que estudia el sustrato biológico o neurológico de las capacidades mentales, se podría pensar que la PNL tiene algo que ver con la neurolingüística, que estudia las bases biológicas del lenguaje. Nada más lejos de la realidad. La PNL surge en los años setenta de la mano de un profesor de lingüística, John Grinder y de un estudiante de Psicología, Richard Bandler. Uno de sus postulados fundamentales es que los movimientos del cuerpo y la manera de respirar son indicadores claros de cómo las personas piensan. Por ejemplo, un pensador visual (signifique eso lo que signifique) respira a la altura del pecho, mientras que uno auditivo lo hace entre el pecho y el abdomen.
  • La forma en que miramos también refleja lo que pensamos. Otra premisa básica de la PNL es que las palabras que usamos reflejan la percepción interna e inconsciente de nuestros problemas. Si estas palabras y percepciones son inadecuadas y las seguimos utilizando, los problemas persistirán. Si elimináramos lo referente a lo inconsciente y a las palabras, esta última premisa no sería descabellada, y de hecho es la base de las terapias conductual-cognitivas, que emplean tratamientos empíricamente validados y que constituyen la orientación mayoritaria en Psicología clínica.
Grafología. Muchas personas creen que la técnica mediante la cual puede conocerse la personalidad de una persona a través de su escritura está probada científicamente. Sin embargo, los estudios empíricos realizados son contundentes: no existe ninguna relación sistemática entre escritura y características de personalidad. El estudio de Beyersteins en 1992, por ejemplo, analizó 200 estudios grafológicos, llegando a la conclusión de que la grafología no es válida ni fiable. En otros estudios, se ha pedido a diferentes grafólogos que analicen una misma muestra de personas. Curiosamente, todos llegan a conclusiones distintas sobre las personas estudiadas, como expone Tripician en un artículo reciente del Skeptical Inquirer. Por otro lado, existen muchas escuelas de grafología que hacen predicciones contrarias, y se ha comprobado que la interpretación depende mucho de la persona concreta que la realice.

Astrología, Lectura del tarot, Brujería, Quiromancia, etc. Pueden ser consideradas pseudopsicologías porque todas pretenden ser sistemas de psicodiagnóstico, es decir, tienen la pretensión de poder diagnosticar características de personalidad, temperamento y problemas/patologías. Sus practicantes no dudan en acudir a términos psicológicos para ganar más dinero y aumentar la credibilidad de sus prácticas fraudulentas. Es frecuente escucharles sin el más mínimo pudor que lo que ellos hacen es científico con el fin de investir de cierto rigor y fiabilidad a sus prácticas.

El psicoanálisis. Primero, el psicoanálisis surge dentro de la tradición médica y de la noción de enfermedad mental del siglo XIX. Tanto su nacimiento como su posterior desarrollo transcurren en paralelo y sin ningún contacto con la evolución de la Psicología resumida en el primer epígrafe. En sentido estricto podría afirmarse que el psicoanálisis no es Psicología. Segundo, las teorías psicoanalíticas fueron inicialmente propuestas por eminentes pensadores con una sólida formación para la época, como el psiquiatra Sigmund Freud. Sus contribuciones e influencia, tales como el concepto del subconsciente, de la represión, del superego, etc. son evidentes en el pensamiento moderno en general. De hecho, la influencia del psicoanálisis ha sido mayor en psiquiatría y en otras disciplinas sociales y humanistas que en la propia Psicología, donde como hemos dicho, nunca ha conformado un paradigma en sentido estricto usando la terminología de Kuhn. Como ya se ha comentado, es una escuela que proviene de la medicina, no de la Psicología. Las orientaciones psicoanalíticas han estado representadas de forma marginal, cuando no ausentes, en la Psicología académica, exceptuando algunos países sobre todo latinoamericanos. En tercer lugar, muchas de sus ideas sobre la sexualidad humana probablemente estaban justificadas en los pacientes que Freud trató (mayoritariamente mujeres adultas en plena época victoriana y puritana) y subyacen a muchos problemas psicopatológicos. Conceptos como el de los mecanismos de defensa, la proyección, la negación de un problema o la importancia relativa de la sexualidad se encuentran frecuentemente en la praxis clínica, aunque los términos y las explicaciones puedan ser diferentes desde una óptica científica. Sin embargo, uno de los errores de Freud fue generalizar sus conclusiones a todo ser humano, además de que la mayor parte de sus interpretaciones de lo consciente con respecto a lo inconsciente son absolutamente discutibles y carecen de constatación empírica. Ningún psicoanalista se ha caracterizado por sus simpatías hacia el método científico.

Es probable que algún colega que trabaje en Psicología clínica o aplicada en general argumentaría que es muy fácil hacer una crítica a aquellas ramas de la Psicología no científicas, como el psicoanálisis, desde una perspectiva académica, desde la investigación de laboratorio. Que tendría que salir a la calle y que no es lo mismo los experimentos sobre microprocesos en contextos controlados realizados por los científicos cognitivos que la vida real y la Psicología aplicada, donde lo importante es que las cosas funcionen y se resuelvan los problemas de las personas. Sin embargo, la historia del conocimiento ha demostrado que el método científico es la mejor forma de avanzar sobre seguro y que ha supuesto el mayor aporte de cosas que funcionan. En este sentido, son muchas las investigaciones sobre la eficacia de los tratamientos psicológicos que ponen en duda el valor terapéutico del psicoanálisis y otras orientaciones no científicas. Entre ellos cabría destacar el amplio estudio llevado a cabo en 1995 y 1996 por la División de Psicología Clínica de la Sociedad Americana de Psicología. En esta investigación se evaluaron un gran número de tratamientos para muchos desórdenes mentales. Las conclusiones de su publicación sobre tratamientos psicológicos empíricamente validados son contundentes: los más efectivos son, sin ningún género de dudas, los conductuales y los cognitivo-conductuales. Es decir, precisamente aquellos que se basan en teorías científicas sobre el comportamiento y que están rutinariamente sometidos a validación empírica. Aún así, el psicoanálisis continúa vigente, siendo la orientación predominante en algunas facultades de Psicología, sobre todo latinoamericanas. Por otro lado, los desvaríos de algunos neo-psicoanalistas como Lacan y su interpretación errónea de conceptos científicos han sido expuestos por Sokal y Bricmont, en su excelente obra Imposturas intelectuales. Pero repito: a pesar de no ser una orientación científica creo que al menos algunas ideas psicoanalíticas no merecen el mismo tratamiento que las terapias alternativas aquí expuestas. Por lo menos habría que considerar al psicoanálisis como una teoría filosófica curiosa y no carente de interés sobre la mente humana, además de reconocer su influencia en el pensamiento moderno en general. Las críticas de la Psicología científica a esta teoría deben encuadrarse en otro contexto distinto de la crítica a las paraciencias. Lo mismo podría decirse de muchas tendencias fenomenológicas y humanistas, algunas emparentadas con el psicoanálisis, las teorías del niño interior, algunas tendencias mínimamente serias del análisis transaccional o las terapias gestálticas. Por cierto, de éstas últimas hay que destacar la nula relación que tienen con la escuela de la Gestalt, desarrollada a principios del siglo XX en Alemania por psicólogos como Wertheimer, Koffka o Köhler, una de las orientaciones explícitamente científicas dentro de la Psicología, y cuyos trabajos sobre la percepción visual o sobre el pensamiento son ineludibles en cualquier libro de texto de Psicología. Entre estos trabajos habría que destacar las investigaciones con primates no humanos de Wolfgang Köhler sobre el insight y la resolución de problemas en chimpancés, realizadas en la primera estación primatológica del mundo en el Puerto de la Cruz (Tenerife) a principios del siglo XX.




Dr. Carlos J. Álvarez Glez.
Profesor Titular de Psicología Cognitiva
Universidad de La Laguna

http://www.arp-sapc.org/articulos/psicologia.html

EL FRAUDE DE LA ASTROLOGIA Y LOS HOROSCOPOS!!!! USTEDES CREEN NOSOTRAS NO!!!


HOLA MUCHACHAS Y TEACHER JAJA!!!
USTEDES QUE OPINAN?
OBVIAMENTE CADA QUIEN TIENE DERECHO A PENSAR Y CREER LO QUE A UNO QUIERA!!!


¿Cómo nació la astrología?
La astrología propiamente dicha tuvo su comienzo en Babilonia hace 5.000 años, una época en la que, debido al desconocimiento de la práctica totalidad de las características del Sistema Solar y del universo que conocemos hoy en día, se creía que el cielo y las estrellas eran divinos, y que cualquier cambio en éstos influiría en el mundo terrenal. Era un sistema arbitrario de lectura de 'señales' (la posición de los astros en el cielo en determinados momentos) que presagiaban el destino de reyes y reinos. Los egipcios perfeccionaron un sistema diferente, de manera que los ángulos entre los planetas establecían 'presagios'. Muchas otras civilizaciones antiguas, como los mayas, chinos, etc. desarrollaron de forma independiente otros sistemas similares. Como ya hemos comentado, en aquel momento se ignoraban la mayor parte de las leyes físicas, y entonces se buscaban explicaciones no racionales: los astros presagiaban el futuro.
Posteriormente, los griegos combinaron los sistemas babilónico y egipcio, creando una "filosofía del universo". En el siglo II d.C., Claudio Ptolomeo, en su libro Almagesto, describe un sistema de "casas", que dividía la zona cercana al plano de la eclíptica (la región de la bóveda celeste por donde se mueven el Sol y los planetas, en su movimiento aparente) en doce sectores. Cuando el cristianismo prevaleció en el Imperio Romano, se comenzó a combatir tímidamente a la astrología. San Agustín, obispo de Hipona entre 395 y 430 d.C., condenó la astrología porque "absolvía a los pecadores y le atribuía las culpas al Creador y Gobernante del cielo y las estrellas".
A pesar de esto, la astrología volvió a resurgir alrededor del siglo XII. Entre los siglos XIV y XVII, en pleno Renacimiento, las ideas se transformaron. Nicolás Copérnico, en su obra De Revolutionibus orbium coelestium, propuso que los planetas giraban alrededor del Sol, y no en torno a la Tierra, como creían casi todos los antiguos, incluyendo los astrólogos. Éstos últimos reaccionaron diciendo que, siendo lo fundamental las posiciones de los astros con respecto a la Tierra, el nuevo concepto del universo no los afectaba lo más mínimo. No obstante, a partir de ese momento, la astrología inició un cierto declive. Incluso el papa Pablo V condenó la astrología en 1612. A pesar de ello, mucha gente de esa época era ignorante, muy crédula y supersticiosa: creía en los horóscopos y la magia, y utilizaba talismanes para protegerse. Además, a finales del siglo XVI todavía se impartía la astrología en algunas universidades españolas.

En septiembre de 1975, 192 científicos (entre los cuales figuraban 19 galardonados con el Premio Nobel), firmaron una declaración en la que se afirma: « Es sencillamente un error imaginarse que las fuerzas ejercidas por las estrellas y los planetas en el momento del nacimiento puedan determinar de manera alguna nuestro futuro. Tampoco es cierto que la posición de los astros determine que ciertos días o períodos sean más favorables para ciertas acciones, o que el signo bajo el cual se nace decida la compatibilidad o incompatibilidad con otras personas. »
Es decir, la astrología no tiene ningún fundamento científico, e incluso se ha convertido en un fraude, ya que muchos desaprensivos e incautos no tienen problemas en pagar una cantidad elevada de dinero para que un pícaro que se hace pasar por astrólogo pueda disfrutar de unas buenas vacaciones.
Miguel Ángel Sabadell, un conocido astrofísico español, se pregunta: "¿Por qué el amoniaco de Júpiter puede influir en nuestro carácter y el que tenemos en el armario de la cocina no?" Otro dato curioso: el médico obstetra ejerce una atracción gravitatoria sobre el recién nacido seis veces superior que la que ejerce sobre el mismo el planeta Marte.

He aquí una lista de argumentos a los que la astrología es incapaz de responder:

  • ¿Por qué se habla de 12 signos zodiacales, omitiéndose la constelación de Ofiuco, que también forma parte de la eclíptica?
    La supresión del signo de Ofiuco es completamente arbitraria. De hecho, el Sol transita durante 19 días al año por esta constelación (mucho más que los ocho días que pasa en Escorpio), por lo que debería haber 13 constelaciones zodiacales. Por tanto, los nacidos entre el 29 de noviembre y el 17 de diciembre son Ofiuco, no Escorpio ni Sagitario.
  • ¿Por qué los gemelos nacidos con pocos minutos de diferencia, y en el mismo lugar, no siguen casi nunca el mismo destino? Los planetas se encuentran en la misma posición del cielo durante su nacimiento. La astrología es incapaz de pasar este test de los gemelos.
  • ¿Por qué la influencia de los astros tiene lugar durante el momento del nacimiento, y no el día de la fecundación? De hecho, es durante la fecundación cuando se define el código genético de un individuo.
  • El planeta Urano fue descubierto en 1781, Neptuno en 1846 y Plutón en 1930. ¿Cómo es que estos planetas no ejercían influencia alguna antes de su descubrimiento, y sí son influyentes una vez descubiertos? Además, la astrología no tiene en cuenta a las lunas, los asteroides, los cometas y otros cuerpos celestes del Sistema Solar, algunos de tamaño similar a los planetas más pequeños. Tampoco presta atención a los cuásares, las estrellas de neutrones, las galaxias y otros objetos celestes descubiertos con posterioridad a la época de Ptolomeo.
  • Las constelaciones y las divisiones entre ellas son asociaciones imaginarias que el ser humano atribuye a las estrellas, y varían en gran medida para diferentes culturas y pueblos. Por ello, es algo disparatado obtener conclusiones de un sistema arbitrario.
  • La astrología ignora la precesión de los equinoccios sobre la eclíptica, un ciclo con una duración de unos 26.000 años debido al cual el punto Aries retrocede aproximadamente un grado cada 70 años; de este modo, el signo Aries se encuentra actualmente en la constelación de Piscis. Debido a este desfase, mucha gente pertenece a un signo diferente al que cree pertenecer. La astrología también ignora por completo la refracción atmosférica.
  • Los horóscopos de los diarios, revistas, radio, televisión, Internet, etc., sólo cuentan generalidades o consejos que son válidos para cualquier situación o persona, sea del signo que sea. No hay más que leer un horóscopo para comprobar que sus predicciones están muy poco definidas y que, por ello, pueden ser asignadas a cualquier signo.
  • ¿Por qué las predicciones para un mismo signo y semana difieren tanto entre varios medios? Las "predicciones" son tan contradictorias que se hace evidente que ello se debe a que no tienen ningún fundamento. Son puras invenciones.
  • ¿Por qué nunca predicen con exactitud catástrofes como terremotos y atentados? ¿Por qué tantas veces predicen romances, triunfos deportivos y demás cosas que luego no ocurren? Cuando sucede esto último, los astrólogos, adivinadores y demás charlatanes, afirman que se ha producido un error en sus cálculos; el error no es suyo. Hay muchos ejemplos de este tipo, para comprobarlo no se necesita más que recordar algunas predicciones lo suficientemente exactas: veremos cómo los astrólogos no aciertan más de lo que dictarían el sentido común y las leyes de probabilidad.
    ¿Por qué tanta gente "cree" en la astrología?
    La fe en la astrología y en el horóscopo es un amargo trago que debemos resistirnos a aceptar. No debemos seguir pensando como hace miles de años, cuando no disponíamos de grandes conocimientos científicos. En nuestra época no debemos ser tan ingenuos como para pensar que el destino de la humanidad se decide en la bóveda celeste. Nuestro destino se decide por el esfuerzo constante, y siempre apoyándonos en la razón y la ciencia.
    Según la Sociedad Norteamericana de Estudios Sociológicos y Sociales: "La fe en la astrología es perjudicial, pues fomenta la evasión de los problemas permanentes de la vida real". Por su parte, Carl Sagan, un respetado científico y escritor, afirmó: "Se observa un renovado interés por las doctrinas anecdóticas, como la astrología. La amplia aceptación de la que gozan trasluce una falta de rigor intelectual y una grave carencia de escepticismo. Son filigranas de la ensoñación."
    Mientras la ciencia investiga seriamente los grandes enigmas del universo, otros explotan la ingenuidad y la ignorancia de la gente. Los seres humanos debemos procurar superarnos con nuestro esfuerzo. Nosotros somos los únicos responsables de nuestro futuro, y no los astros.


    Se permite la reproducción de este artículo con fines educativos. Agradecimientos a Hebert Pistón Rodríguez, miembro de la sección Coordinación Local de Enseñanza y Divulgación (La Paz, Uruguay), que ha redactado la mayor parte de este artículo.
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